viernes, 7 de septiembre de 2012

REFLEXIONES PARA EL NUEVO CURSO.


Estimados lectores y amigos:

Llega Septiembre y con él comienza un nuevo curso, aunque éste parece que se nos presenta a todos un poco más difícil que el anterior.

No hay más que leer los periódicos para darse cuenta de que el mundo anda últimamente bastante revuelto.

Si durante los últimos meses la bolsa se mueve al compás de los vaivenes y declaraciones del presidente del BCE, lo mismo parece ocurrir con la salud de las economías de la zona Euro, y muy en especial con la de los países periféricos, entre los cuales nos hemos de incluir.

No parece que divisemos muestras de calma chicha por el momento, pero, si en medio la incesante zozobra que parece alejarnos del camino de la recuperación, se nos muestran algunas tablas de salvación, éstas parecen venir marcadas con el nombre del turismo (el extranjero, eso sí, porque el poder adquisitivo del españolito de a pie lo tenemos bastante tocado) y del sector exterior.

Incluso así, no es oro todo lo que reluce. Está claro que la salida al exterior puede ser la solución a parte de nuestros problemas, pero ¿dónde se encuentran los mercados más interesantes? También eso con la crisis está cambiando y, si antes los mercados de interés se encontraban al lado de casa (nuestros principales socios de la UE), ahora ellos sufren también las embestidas de la crisis de consumo y las oportunidades surgen en países que emergen más lejos de nuestras fronteras.

De todas formas estas cosas no suceden así de un día para otro, ni creo que venga yo ahora a anunciar una primicia mundial , sino que viene hace tiempo siendo anunciado por los medios de comunicación. Esta semana sin ir más lejos aparecía en la editorial del diario “Cinco Días” una artículo que no tiene desperdicio y que reproduzco al final de este post.

Entonces, ¿qué hacer en una situación así? Para aquellos que apreciéis mi opinión – la de un humilde “emprendedor”que entiende un poco de estos temas- llega el momento de pensar, más que nunca, con la cabeza.

Nunca las empresas han necesitado estar tan bien gestionadas como ahora y nunca han necesitado  tanto competir en mercados tan globalizados. Por eso, ante todo, debemos plantearnos qué podemos ofrecer:  

¿somos competitivos? – porque si no lo somos aquí difícilmente lo seremos fuera.

Y si lo somos, ¿dónde estamos y dónde queremos o podemos llegar?

Hoy más que nunca, con un buen producto y un adecuado enfoque, podemos llegar a donde nos propongamos.

Y es que  a mi siempre me ha gustado decir que “al final las cosas pueden ser tan fáciles o tan difíciles como las queramos hacer”.

Sólo me queda desearos a todos MUCHA SUERTE Y ÁNIMO en este nuevo curso que ahora empieza.

Un cordial saludo

 Fernando González



ARTÍCULO PUBLICADO EN LA EDITORIAL DEL DIARIO “CINCO DIAS” EL 04/09/2012

Señales de alerta en el sector exterior


A medida que avanza y se agrava la crisis económica, España cede terreno en el mercado exterior. Pese a que tanto las exportaciones como el turismo extranjero se han mantenido hasta ahora como los dos grandes pulmones de nuestra economía, los últimos datos respecto a las primeras muestran una tendencia negativa muy preocupante. La cuota exportadora de España, que marca el peso dentro de los intercambios comerciales mundiales, se situó en la primera mitad del año en el 1,6%, lo que supone una caída del 9%. Ello ha relegado nuestra economía a la decimoséptima posición de la clasificación mundial de naciones exportadoras, dos puestos por debajo del que ocupaba en el mismo periodo de 2011. India y Taiwán, dos naciones emergentes y extremadamente competitivas, han ocupado esas posiciones.

El motivo del abrupto retroceso del sector exterior español no es otro que la mala situación económica que atraviesa el conjunto de la zona euro, principal destino de nuestras exportaciones. Un oscuro panorama que incluye a Italia y a Portugal, ambos en plena recesión, pero también a Francia, que acumula ya dos trimestres sin crecimiento, y a una Alemania que todavía lo mantiene, aunque limitado a un 0,5%, según datos del segundo trimestre de este año. Sin embargo, el gran exportador germano tampoco se ha mostrado inmune al mal comportamiento de las economías de sus vecinos. Alemania ha perdido el segundo puesto dentro del ranking del comercio mundial en favor de Estados Unidos, tras haber cedido ya el primero en el año 2009 frente a la imparable economía china.

De todo ello cabe extraer dos grandes conclusiones que no son nuevas, pero cuya importancia crece a medida que avanza esta crisis. La primera es que España está pagando en estos momentos no solo la factura de la recesión que se cierne sobre Europa, sino también el error de haber concentrado el grueso de las ventas exteriores en una única región, en lugar de haber optado por diversificarlas. Ese exceso de concentración comercial constituye uno más de los muchos puntos débiles que sufre nuestra economía. Una deficiencia grave que debe ser abordada cuanto antes de forma estratégica, con todo el apoyo institucional posible y suficiente visión de futuro. Ello incluye la necesidad de hacer un esfuerzo dirigido a mantener o mejorar la calidad y rebajar precios, de forma que nuestros productos sean lo suficientemente competitivos como para abrirse camino con solvencia en el mercado exterior.

La segunda conclusión se refiere a Alemania, y al mito de una invulnerabilidad económica que no es tal en un mundo cada vez más interconectado y global. Una advertencia que Berlín haría bien en escuchar y tener en cuenta para matizar y flexibilizar la dureza de sus posiciones políticas dentro la Europa del euro.